domingo, 21 de junio de 2009

LEYES ESPIRITUALES

Dios Luz es el Padre Madre Amor, y en ese Amor creo Las Leyes Universales, por medio de las cuales podemos avanzar en el camino espiritual.

En esta sección nombraremos las Leyes Espirituales y trataremos de explicarlas según una visión Metafísica.

* LEY DE EVOLUCION

La Ley de Evolución está estrictamente ligada a la Ley de la Reencarnación. Nos dice que el transcurso del progreso espiritual es siempre ascendente, por lo que nunca se podría involucionar. Es decir, un ser humano puede evolucionar en otro ser humano de mayor o menor conciencia espiritual, según sus actos, pero de ningún modo podría encarnar en un animal, ave o insecto. Para la Ley de la Evolución no existe la involución de las especies. El objetivo de la Ley de Evolución es adquirir experiencias y conocer los aspectos de la vida involucrados en la misma, no como espectadores pasivos.

* LEY DE AFINIDAD O SEMEJANZA

Esta ley también se conoce como Ley de Atracción, Ley de Correspondencia, Ley de Semejanza, por lo que decimos que lo afín atrae a lo afín.

El pensamiento humano es magnético y por Libre Albedrío atrae la satisfacción a su necesidad. Aunque en ocasiones este pensamiento esté mal enfocado y se atraiga aquello que va en propio perjuicio.

Generalmente nos rodeamos con personas afines a nuestros gustos o inquietudes y si por alguna circunstancia nos comprometemos con alguien que es opuesto a nosotros, aunque pase algún tiempo, terminamos por alejarnos o distanciarnos de esa persona.

* LEY DE REPULSION

A la inversa de la Ley de Afinidad, en ocasiones sentimos que un comportamiento o que una persona no nos agrada; no hay química como se diría en un lenguaje más común. En Metafísica decimos que se produce una lucha de vibraciones e influencias antagónicas.


* LEY DEL KARMA O LEY DE CAUSA Y EFECTO

Jesús el Cristo lo dijo: “Tal como siembres recogerás y quien siembra vientos recoge tempestades”.

Las Leyes Universales están ligadas unas a otras, por lo que la Ley del Karma está unida a la de Reencarnación. Lo que no pagamos o recibimos en una vida anterior, lo podemos recoger en el presente. Es por eso que muchas veces nos encontramos con personas que siendo muy buenas, presentan grandes sufrimientos o adversidades en sus vidas. O a la inversa, personas que tienen un mal comportamiento en su encarnación presente y gozan de buena salud, bienestar material, etc. Sin embargo, en esta era que estamos viviendo, la Ley del Karma se manifiesta más rápidamente que lo que fue en la antigüedad.

Cuando se piensa que uno actúa con amor hacia el prójimo y éste no lo corresponde o bien disfraza la correspondencia de ese amor y luego nos desilusiona o traiciona la confianza, decimos, ¿por qué? ¿Por qué si yo entregué bueno y di de corazón?

La respuesta hay que enfocarla desde dos ángulos, primero observar las Leyes de la Afinidad y la Repulsión, es decir si entregamos ese amor a una persona que creíamos afín y resultó ser que no lo era, entonces la Ley de Repulsión rechaza lo que dimos, ese rechazo se produce por la vibración discordante de esa persona. En tal caso, podemos amar mucho, dar bastante de nosotros, pero a pesar de todo el esfuerzo esa persona sólo hizo lo que sabe hacer, lo que proviene de su tono vibratorio.

El otro ángulo, es observarnos a nosotros mismos y comprobar si al entregar ese amor, no se mezcló una cantidad de conveniencia o interés personal. Es decir, yo te doy, si tu me das, y tal vez esa persona nos dio lo que estaba a su alcance, aunque para nosotros no cumplió nuestras expectativas. Siendo así, cuando se entrega amor o cariño, lo ideal es no esperar un evento de compensación de la otra persona, sino dejar que todo ocurra espontáneamente.

La Ley de Causalidad o Karma, es una Ley justa e imparcial, pero no es inflexible, pues si remediamos la causa, se modifica el efecto; con esto decimos que girando la orientación de nuestros pensamientos o actos a buenos y positivos, podemos contrarrestar cualquier reacción negativa o destructiva.

Sobre esta Ley debemos aclarar que no existen los llamados pecados, sino los errores que cometemos en el transcurso de nuestra vidas. Y todo error tiene la posibilidad de enmendarse o bien de recibir el efecto de lo que se hizo mal.

Existen varios tipos de Karmas, el Karma Universal, Mundial, el Personal (de cada ser humano) el Colectivo (de grupo familiar), el de País. Todo es parte de la humanidad, del macro al micro, es decir un karma mundial engloba las actitudes y obras de la mayoría de los humanos y un karma Colectivo, involucraría a un grupo de personas ya sea las de un país en guerra o con problemas de alimentación, carencias; hasta las dificultades en las familias, roces familiares, disputas, o enfermedades. Incluso el Presidente de un país, aparentemente pudiera ser elegido sólo por los votos de la mayoría de los ciudadanos, pero en lo estrictamente Karmático, es elegido por las causalidades de las personas de ese país, lo que produce un gobierno productivo o una mala administración. En todo caso, algunos karmas son superables dependiendo del trabajo y esfuerzo de cada persona o de un grupo de ellas.

Consideremos en la Ley de Causa y Efecto a aquellos karmas que se manifiestan por omisión, es decir que pudiendo hacer algo en beneficio de otro u otros, no lo hicimos, por celos, rivalidad, pereza, aburrimiento, molestia, etc. O bien, porque no nos convenía para nuestros intereses personales.

Pensemos también que Dios Luz no castiga, simplemente el ser humano cosecha lo que voluntariamente sembró. Esa cosecha se transforma en experiencias que ayudan a transformar y pulir nuestra forma de ser, el comportamiento, la comprensión y nuestra evolución.

* LEY DE JUSTICIA

La Justicia Divina es exacta y precisa. Esta Ley es un apéndice de la Ley de Causa y Efecto.

* LEY DEL LIBRE ALBEDRIO

Cada quien actúa según su propio discernimiento, y puede elegir su siembra, si es para bien o para mal de sí mismo. Somos responsables de nuestros propios actos, y cada uno de ellos se manifiesta en el transcurso de nuestra vidas. Podemos pensar que el ambiente que nos rodea ayuda de alguna manera a forjar nuestra personalidad o nuestro carácter, pero es sólo eso, una influencia que bajo nuestro Libre Albedrío podemos escoger anidarlo en nosotros o bien rechazarlo. Pensemos en los vicios, el alcohol por ejemplo; los amigos pueden ofrecernos varias copas a beber, pero somos nosotros los que podemos aceptar o rechazarlas según el estado orgánico en que nos encontramos. No es una obligación, es una tentación.

El Libre Albedrío sólo se limita al acto de escoger, y según la elección obtendremos el efecto a recibir, ligado a la Ley del Karma, un efecto negativo o uno positivo, los Darmas.


“El primer peldaño para la libertad es la Ley” o “Conoce la Verdad y ella te hará libre”. Si se conocen las Leyes, y se estudian, al utilizarlas correctamente se previenen los efectos negativos y el ser humano comienza a sentirse libre, con una sanidad álmica que se exterioriza al cuerpo físico. Las Leyes mantienen en equilibrio a la Creación.

La educación o formación de una persona no solamente es ir al colegio, a la Universidad, al Instituto o acceder a la experiencia de la vida, es más que nada una instrucción unida a la educación que ayude a la superación progresiva. La palabra instrucción, lingüísticamente significa “algo que nos entra” y educación viene de Educere, “sacar afuera”. Sacar nuestros pensamientos al exterior, y entrar aquello que involucra un despertar místico, que explique los acontecimientos de la evolución.

Como dijo Gautama El Buda: “El mal del mundo es la ignorancia, sé puro. Tu bienestar está en ti mismo”.

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