domingo, 21 de junio de 2009

SOBRE LOS MENSAJES ESPIRITUALES

ENSEÑANZA DE JESÚS EL CRISTO

“Bienaventurados los que buscan el consuelo en Mi palabra Crística, bienaventurados los que se regocijan con mis palabras y más aún, bienaventurados los que las practican y hacen obras de bien.

A mis hijos, buscadores de la Luz, yo les hablo a vuestros internos y les pregunto ¿acaso han encontrado el camino? ¿Han dejado de buscar? ¿Vuestro barco ya se ha anclado? Porque habéis estado buscando la Palabra, la Luz, el Alimento. Si vuestras respuestas fueron afirmativas, esta enseñanza es para ti, que estando anclado en la Luz, me preguntáis “¿Maestro cómo he de purificarme?” “¿Maestro cómo he de seguirte?” “¿Debo seguirte por intermedio de un guía espiritual?”



Amados, un profeta o canal profético, es la voz del Maestro, él o ella, es uno de vosotros, vive con vosotros en vuestro mundo, pero tiene un lazo invisible de comunicación entre los Altos Planos de Espiritualización y con este, vuestro mundo. Un canal de Luz, es quien comunica lo que el Padre Madre o los Maestros Ascendidos desean transmitir a la humanidad.

En todas las eras terrestres ha habido profetas y hoy en vuestro tiempo también los hay. Mi palabra ha sido entregada en distintos idiomas, a través de distintas mentalidades, Yo, el Cristo he hablado y he transmitido los conocimientos que el Padre Madre desea irradiar. Mas, mis hijos adoptivos, después de leerlos o escucharlos vuelven a cometer los mismo errores. Me decís que recibís mucha luz cuando estáis en reuniones, más salís de ellas y la arrojáis fuera.

Me decís: “¿por qué Maestro este o esta es tu canal? ¿Por qué no puedo yo recibir tus enseñanzas? Y estas preguntas están basadas en un deseo egoísta y celoso. Cuando dejéis de pensar de esa manera, El Cristo, que se manifiesta en vuestro interno, comenzará a hablaros y vosotros lo escucharéis. A veces escucháis las suaves palabras, pero no les prestáis atención, porque no os gusta lo que os dicen. No siempre florecerán rosas en vuestro jardín, también nacerán cardos, mientras no os purifiquéis.

Un canal profético vive las enseñanzas del Padre Madre Creador y de la Hueste Ascendida y guía a sus hermanos. Un profeta o profetisa es un enviado de la Luz, su labor es orientar, mostrar el sendero. Siempre he mandado profetas que os han mostrado cual es el camino, pero vosotros os dejáis guiar por factores externos y no prestáis atención. Sin embargo, existen aquellos que saben ocultar bien sus defectos exteriores, y os engañan con falsas apariencias.

Más os digo, no solo el Padre envía Profetas Crísticos, aquel que vive en la sombra envía sus demonios, para perturbar al ser justo, haciéndolo caer. Con esa caída pierde el camino de la Verdad, porque se deja guiar como mansa oveja si discriminar, sin estar atento. Pierde sus sentidos, teniendo ojos no ve, teniendo corazón no siente, y teniendo mente no piensa. Yo os dije, debéis tener cuidado de aquellos lobos que se visten con piel de oveja. ¿Cómo habéis de conocerlos? Por sus obras y por sus palabras. Aquel que predica el bien y hace obras de bien, está en mi Luz, aquel que predica el bien, pero tiene licencia para hacer ciertos actos negativos o viciosos, ciertamente que no está en mi Luz.

En muchas ocasiones estos demonios predican el bien y “poseen grandes facultades” que vosotros llamáis poderes, cuando ellos están convencidos que poseen vuestras mentes, lanzan conceptos contrarios, enseñanzas que no son de la Luz. Aquello que para vosotros antes no estaba en la senda correcta, hoy lo está. Si antes se os decía controlad vuestro ego, sed impersonales, hoy se os dice creed en vuestro orgullo interno, sois líderes, sois el único, hay una gran misión que sólo tu puedes hacer,. Y os dejáis arrastrar, porque el ego es débil y gusta de ser alabado. Y me decís: “¿Este es un iluminado, porque me dice cómo avanzar en la vida y yo me dejo guiar por él o por ella? No, mis amados, podéis recibir la ayuda, la guía, pero el camino debéis de recorrerlo vosotros mismos, debéis descubrir la verdad mediante vuestro trabajo personal.

Un falso profeta puede engañaros enormemente, puede hablar del bien por mucho tiempo, puede ser manso y gentil, y cuando ya se sienta confiado viendo que vuestras mentes están dormidas, comenzará a mostrarse tal cual es; y si vosotros no habéis sabido mantener la lámpara interna encendida, seréis consumidos por ese líder y arrastrados sin remedio. Estaréis tan cegados que aunque el lobo muestre su pelaje, vosotros continuaréis viendo la oveja y buscaréis miles de pretextos para ocultar lo que el lobo es.

Cuántos falsos predicadores he visto, cuantas infamias han enseñado en mi nombre o en nombre de mi madre, María, o en nombre de los Maestros Ascendidos, y aún lo hacen, hasta en nombre de Dios, Yo Soy. Y vosotros decís, éstos son videntes, porque saben lo que pienso. Yo os digo, esa es una facultad, no una jerarquía de Luz, los demonios también pueden ser videntes.

Mas, cuando se os presenta el verdadero profeta, negáis su Luz, porque para vosotros es mucho más atractivo la negación de la Luz y sentarse a no hacer nada con vosotros mismos. Y no lo escucháis, no seguís sus pasos, desperdiciáis una nueva oportunidad. Y me decís, “Maestro, yo no creo que éste sea tu profeta. Dime tu palabra directamente”. Y os digo, ¿cómo puedo hablaros, si no estáis lo suficientemente preparados, purificados para ello? Entonces Yo envío a mis embajadores y embajadoras, que son ovejas limpias, y vosotros las apedreáis, y las servís en vuestra mesa. Aquellas almas saben lo ardua y difícil que es la tarea encomendada, mas por Amor se entregan a ella, sabiendo que de los muchos, sólo unos pocos verán la Luz del Padre Madre y la Luz de Cristo.

Siempre habéis hecho separaciones entre los sexos, masculino y femenino. En los planos Ascendidos Espirituales, no existe esta separación, si Yo os hablo de la Evolución del Hombre, os hablo de varón y mujer, cuando yo os digo profetas, digo profeta y profetisa. Para el Reino de la Verdad no existe tal separatividad entre los sexos, esa es una condición equivocada del ser humano.

Me preguntáis, “¿Maestro, yo he visto a tus profetas y son arrogantes, acaso son tus profetas?

Ningún enviado de la Luz es arrogante, pues ha controlado su ego y es impersonal. No necesita decir que es un iluminado, él o ella no busca engrandecer su vanidad personal. ¿Cómo puede ser mi profeta alguien que desea ser ensalzado o idolatrado? Prestad atención, aquel que viene en mi nombre no le importa si el que se acerca es pobre o rico, si habla correctamente o no, si lleva en si muchos pesares. Enseña la verdad, y es tolerante, pues cada quien tiene su Libre Albedrío.

Un profeta vive en vuestro mundo y tiene las mismas necesidades y dificultades que cualquiera en la Tierra, también lucha para seguir viviendo, porque está inmerso en el mundo materialista.

El o ella os dice Amen al Padre Madre y al Cristo, síganlos a ellos, no a mi. Alabad al Padre Madre y a Cristo, no a mi. Haced reverencias a Ellos, no a mi, yo sólo soy un enviado y os digo lo que el Creador desea, nada más. Este, mis amados, es mi profeta, porque vive impersonalmente.

Un enviado, orienta a las personas, pero si aquellas no desean ser orientadas, el enviado deja en libertad de elección, jamás va a utilizar palabras como “seréis castigados”, “os consumiréis en el fuego eterno?

Y cuántos habéis conocido que por temor a estas palabras habéis seguido y ahora os digo, ¡liberaos de vuestras ataduras que no os pertenecen!.

La Palabra Crística siempre se ha vertido y el enviado enseña esa palabra, conversa, expresa, pero no discute, ni desea discusiones sobre los conocimientos de la Luz. El que quiera recibirlas las acoge, el que no, que siga su camino libremente.

Me decís: “Maestro, yo he visto a aquellos que se dicen profetas y pecan igual que cualquiera. Y yo os pregunto, ¿qué es pecado para vosotros? Sois ignorantes de la Eterna Verdad y os sentís capaces de juzgar a los demás. Entended, vosotros no sois la Ley, dejad que la Ley diga quien es culpable y quien no. Juzgaos a vosotros mismos y sacad la viga de vuestro ojo.

Necesitáis aprender mucho para saber cuál es la Ley de la Evolución, por ello no os dejéis engañar. El Padre no os quiere como un subalterno de un guía, maestro terreno o canal, quiere que participéis en vuestro despertar, no por temor, sino por Amor, escuchando las orientaciones, pero caminando con vuestros propios pies.



Os Amo. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida.

Yo Soy Jesús el Cristo.

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